Después de la entrega de la ciudad de Jaén por parte del rey de Granada, el Rey Fernando III, más tarde el Santo, decide tomar Sevilla. El rey, que era un gran estratega, pensó que el cerco a la ciudad no sería completo, a menos que se produjera tanto desde tierra como desde el Guadalquivir, dándole gran importancia a la empresa naval, para completar el cerco desde el río.
Historia, leyendas, tradiciones y curiosidades Sevillanas